Por CUNA DE ASES
Hacia finales del siglo XIX los partidos del naciente deporte del fútbol involucraban a los establecimientos educativos. Hasta que algo ocurrió. En el torneo porteño destacó el Lobos Athletic Club. Salió en el segundo lugar durante los torneos de 1898 y 1899. En 1898 llegó incluso a forzar un desempate contra el poderoso Lomas Athletic Club. El Lobos aparecía en escena para opacar a los conjuntos citadinos. El Lobos Athletic, ubicado en la localidad de Lobos, a 103 kilómetros de la ciudad de Buenos Aires, era una seria amenaza.
Allí destacaban numerosos ex alumnos del Buenos Aires English High School, el colegio del maestro escocés Alexander Watson Hutton. Pertenecientes a la comunidad británica, poseían sus quintas de recreación a lo largo de la Zona Sur bonaerense. Las figuras de los demás equipos levantaron las quejas ante el consejo, “que 100 kilómetros es muy lejos”, “que el viaje es insoportable”, “que disputar fútbol tan lejos de la capital es peligroso”, etc., etc.
Calaron tan hondo las quejas masivas, que el presidente de la Liga Porteña, Watson Hutton, dispuso que para el próximo año, 1900, los equipos que se inscribieran en el torneo debían poseer obligatoriamente su field a no más de 30 kilómetros de la Ciudad de Buenos Aires. También dispuso, para aquel año 1900, que los establecimientos educativos o colegios no pudieran siquiera disputar encuentros amistosos contra los clubes. Las autoridades de la Liga Porteña no querían que el deporte oficiara como publicidad para los colegios. De este modo, por presiones de las estrellas porteñas, quedó trazado el infame “radio de los 30 kilómetros”.
El Lobos Athletic Club así quedó marginado del Torneo, y sus figuras siendo ex alumnos del English High School, pasaron a engrosar las filas del Alumni Athletic Club [traducción al castellano Club Atlético Ex Alumnos]. Club que representó a los ex alumnos del colegio B.A. English High School. De allí nace la urgencia de aunar esfuerzos para la fundación de un Club que representara a los ex alumnos del Colegio Comercial Anglo Argentino. Convocados por el director de la escuela, Claudio Newell, en el colegio se llevan adelante una serie de reuniones que culminan el 3 de noviembre de 1903 con la fundación del Club Atlético Newell’s Old Boys [traducción al castellano Club Atlético Ex Alumnos de Newell]. En carta enviada al Club, septiembre de 1933, el socio fundador José Viale manifiesta haber participado en las reuniones y también aporta datos sobre los partidos que jugó en el año 1904 defendiendo la divisa de Newell’s Old Boys.
No le iba a ser fácil al Club hacerse de un nombre. A pesar de arrasar en los primeros Torneos de la Liga Rosarina de Fútbol, no fue suficiente. Newell’s Old Boys nació siendo escuela, único club de la actual primera división que ostenta ese honor. El Fútbol en Argentina nació en las escuelas.
Pero también tuvo que lidiar contra el monopolio organizativo del deporte en manos de la comunidad británica. Lentamente los criollos fueron desplazando a los británicos. Pero el radio de exclusividad aún hoy sigue trazado. Corrieron la frontera. Quizás hoy estén aceptados los 80 kilómetros, pero sigue siendo escaso y perverso en un territorio tan extenso como el argentino.
Armando Ginocchio, Manuel Paulino González, José Viale, son los primeros Leprosos de aquellos días que supieron defender la divisa de la Selección Argentina, que muy lentamente dejó de ser un combinado porteño.
En 1907 Newell’s disputa su primer partido en la ciudad de Buenos Aires, triunfo 4 a 3 frente a Estudiantes Buenos Aires. En 1909 viaja a Montevideo para jugar un amistoso frente al Club Nacional de Football, triunfo Leproso 2 a 1. El 24 de septiembre de 1911 Newell’s Old Boys obtiene el título Nacional de la Copa de Honor.
Lento andar, pero siempre ascendente. Contra todo, contra todos. Hasta que recién, hace 81 años atrás, a principios de 1939, dos clubes de la Ciudad fueron aceptados para disputar el torneo porteño de Primera División. Lento. Pero siempre ascendente el andar Leproso.
VIVA NEWELL’S