En tiempos de la Grecia heroica

En tiempos de la Grecia heroica

A continuación compartimos unas memorias evocadas por el ex volante de Newell’s Agustín Rigo. El artículo fue publicado en la revista ROJINEGRO órgano oficial del Club Atlético Newell’s Old Boys edición nro 6 y 7, agosto – septiembre 1930.

Agustín Rigo en 1930

¡Siempre Ribera!

Corrían los tiempos de la Grecia heroica, como dijera el Gringo Badalini. Agosto de 1924.

Actuaba yo en aquel entonces en la “Tercera de la Guitarra” y por aquello de que a la ocasión la pintan calva… tuve que actuar de centre half y para nada menos que ir a Villa Constitución y jugar contra Riberas del Paraná, equipo que iba, era de ley, perder o a lo sumo, empatar.

Militaban en el cuadro, entre otros, Adolfo Celli (alemán), Ernesto Celli, Isidoro Bourguignon, Julio y Umberto Libonatti, Alfredo Chabrolín, Ramón de la Torre, Segalerba, etc.

Una mañana (no lluviosa y escarchada) sino cálida y suave, previo asado que nos ofrecieron en lo de Celli Hermanos (Sportivo Bar) emprendimos la jornada con mucho entusiasmo y fe en la victoria (más en mí que era novato en esas lides) y todos bien comiditos menos Segalerba que era vegetariano, lo que le valió del inolvidable Ernesto al verlo, según él, comer “pasto“, esta frase: <<Mirá, ché, si vos querés jugar bien al football, antes de los partidos tenés por lo menos que comprarte un kilo de asado y refregártelo bien por la jeta, sino no hay nada que hacer, ché>>.

Newell’s Old Boys 1924.

El partido era bravo y se jugaba reciamente y la victoria se mostraba coqueta y veleidosa. Primer tiempo, 0 a 0; a los pocos minutos del segundo nos obsequiaron con un goal pero les duró poco la alegría, porque Umberto enseguida empató.

De referee jugaba Luna, si mal no recuerdo, y su actuación era discreta; pero el lineman de Ribera, un desastre.

No había qué hacer ¡siempre sacaba Ribera!, era un tío flaco… alto, bigotudo… pantalones a media asta. Todo una figura de sainete. El “alemán“, que era el capitán y que más o menos se daba cuenta de la actuación del juez de raya, en la primera de cambio le dijo, al ver la forma ilícita de dar sus fallos:

_Mire, señor, a mí me parece que la pelota es de Newell’s.

Pero éste, mirándolo de “Rafaela”, sentenció: “Ribera“, y no hubo nada que hacer.

Instantes después, se produce una jugada de la cual era evidente que seríamos los favorecidos; pero al querer hacerla efectiva el “alemán”, el lineman gritóle: “¡Ribera!

Más tarde se repite la jugada… y nada: ¡Ribera otra vez! El “alemán” entonces le obsequió con un “ramo de flores con recuerdos para la familia”, que es correcto callar. Pero tampoco surtió efecto, porque cuando el adversario con intención arrojó la pelota fuera del field, el lineman salomónicamente pronunció ¡Ribera!, oírlo el “alemán“, levantar sus brazos en alto, poner un gesto de Zaccone, después de gritar como un trueno al referee, se dirigió hacia el bigotudo, y en su desesperación, olvidando que era criollo, le dijo:

_Mirá, cuando termine el partido, ti mangio i peli dei capelli tutti quanti, uni a uni.

Público y nosotros festejamos con una carcajada el final del duelo, y que él mismo al darse vuelta no pudo menos que acompañarnos con esa risa franca y leal que todos admiramos.

Final: 1 a 1.

AGUSTÍN RIGO

el 10 de agosto de 1924, Newell’s Old Boys empató 1a1 con Riberas del Paraná, el gol rojinegro fue convertido por Umberto Libonatti.